Michel Houellebecq (o Thomas, su apellido de nacimiento) a simple vista parece un provocador. En efecto, es difícil toparse con un análisis de su obra que no sea al mismo tiempo un análisis de los aspectos públicos y privados de su vida. Marxista, conservador, narcisista, cínico, ateo, misógino, islamófobo. Son pocas las chapas que no le han colgado a este escritor con vocación de personaje (enfant terrible es la expresión siútica que se suele utilizar en estos casos). Algo de razón hay en todo esto. A menudo sus protagonistas tienen un sabor autobiográfico, lo que ha hecho al público y a los comentaristas tomar sin más las opiniones de sus personajes como propias. Sin embargo, esta tendencia a interpretar sus novelas como una defensa de los estilos de vida de sus personajes suele entorpecer el análisis de su obra. Así, la crítica suele terminar en alguna forma de evaluación moral del escritor.
Felipe Figueroa
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Fecha de Publicación:
11-10-2016
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Figueroa, F. 2016. Houellebecq contra el mundo. Estudios Públicos. 143 (oct. 2016).