Adam Smith y las colonias

Compartir en

Resumen

En La riqueza de las naciones, en especial en el capítulo siete del Libro IV, Adam Smith estudia el marco general de las políticas coloniales europeas desde fines del siglo XV hasta su época. No pierde de vista la tradición clásica (Grecia y Roma) para el análisis del fenómeno, pero entiende que se trata de un fenómeno nuevo, vinculado al mercantilismo y la ‘fiebre del oro’. Es ambiguo en su evaluación de la población precolombina en América, especialmente por su bajo nivel productivo, pero es crítico de la colonización española y portuguesa por la ineficiencia generalizada a la que conduce el uso de mano de obra esclava. Esto contrastaba, según Smith, con el perfil predominante de las colonias británicas en América del Norte, basadas en mano de obra libre, aunque ello omitía la institución de la servidumbre por contrato y la mano de obra esclava de origen africano en las colonias del sur de Norteamérica. En relación con las colonias francesas, Smith percibía en ellas un mejor trato a los esclavos, pero este derivaba del temor a la administración colonial en el marco de un Estado absolutista, mientras que los británicos confiaban ante todo en el predominio de sus derechos de propiedad. El artículo concluye que, para Smith, la política colonial inglesa era eficiente que la de otros poderes coloniales. Tal superioridad se fundaba en la incompatibilidad entre mano de obra esclava y progreso.
Mauricio C. Coutinho
close

Formato de cita