A la naturaleza se le respeta

Compartir en

Resumen

Asediado por las fuerzas policiales y sus adversarios en el negocio de la droga, Pablo Escobar Gaviria resiste en la selva. Por más que lo intentan, no pueden doblegarlo. Es una fuerza indomable en su territorio. Desde el teléfono, les advierte a sus enemigos: “A Pablo Escobar se le respeta”. Se me vino a la cabeza la escena —tomada de la serie Narcos— a propósito del nuevo libro de Álvaro Fischer que lleva por título De naturaleza liberal (Santiago: Catalonia, 2017). Asediada por el ímpetu transformador de la cultura y la vocación utópica de ciertas ideologías políticas, la naturaleza resiste. No es cosa de llegar y cambiar la matriz de la especie humana. Algunos elementos son de fábrica. A veces yacen dormidos, pero despiertan cuando las pistas del medio ambiente lo sugieren. Con la naturaleza, en definitiva, no se juega. Y cada vez que se intenta, el resultado es tan infructuoso y frustrante como la cacería de Escobar. Esta analogía, sin embargo, se queda corta: el “patrón” colombiano fue finalmente abatido y su imperio, desmembrado. La natura, en cambio, no da señales de fatiga. Salvo que volquemos nuestros esfuerzos a modificar la genética humana a gran escala, lo más probable es que nuestra arquitectura original, labrada por millones de años de evolución, no sufra más que abollones menores tras el embate de la cultura.

Cristóbal Bellolio
close

Formato de cita